Excusitis la enfermedad que padecen los mediocres



Desde que se inventaron las excusas, todo el mundo tiene razones de sobra para justificar la mediocridad de nuestro desempeño en nuestra vida familiar, laboral, social, etc, sin embargo un sin fin de razones y mentiras se desenvaina para sostener el porque no hemos realizado tal actividad, por tiempo, dinero, por falta de interés, y un sin fin de excusas.

Desde que nos levantamos hasta que volvemos a la cama para dormir obviamos muchas tareas, proyectos. responsabilidades que suelen ser un motor significativo en nuestra vida y que muchas veces de eso nuestro espacio suele mejorar u otras veces ponerse muy complicado, pero ¿porque nos excusamos?

Quizás una de la razones mas primordiales sea el no ver nuestra imagen dañada por nuestra irresponsabilidad o por la falta de valor de asumir la consecuencia de nuestro actos De esta forma, plantear excusas no es más que una forma de auto-engañarnos, de sobre-protegernos. Mediante excusas que nos liberan de una obligación tratamos de protegernos para cometer un error. En el fondo es un síntoma de conformismo, de mediocridad. Además, suele ocurrir que la mayoría de los pretextos no son ciertos o son argumentos que miméticamente copiamos de otros.

Es cierto que otra forma de reaccionar es proteger nuestra baja autoestima echando la culpa a algo o alguien, siempre externo, que es otra manera de autoengañarnos. No es más que un síntoma de debilidad buscar en los demás la excusa o el apoyo que no nos creemos capaces de ofrecérnoslo a nosotros mismos. Esto al final crea una dependencia del “qué dirán” y acabamos más pendientes de buscar la aprobación de los demás. Con esta visión a corto plazo se puede subir la moral pero, casi siempre, el resultado es que baja la autoestima porque no nos creemos capaces de hacer nada sin el apoyo externo y terminamos obligándonos a no defraudar las expectativas externas.

Pero Hoy podemos cambiar esa mentalidad, empezando a aceptar nuestra responsabilidad por nuestros actos y tener el valor suficiente de reconocer que fallamos, pero que ponemos el propósito de corregirlo y enmendarlo. Solo así podemos empezar a salir de esta enfermedad tan actual que se llama excusitis y que muchos la padecemos de forma permanente.

 Litzardo Rivas

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