Se cumplen 16 años de la muerte del pintor mexicano Rufino Tamayo.Considerado uno de los más grandes pintores mexicanos del siglo XX, Rufino Tamayo, cuya obra destaca por combinar temas populares autóctonos con formas artísticas de la vanguardia europea, como el cubismo, será recordado este domingo, al cumplirse 16 años de su muerte, ocurrida el 24 de junio de 1991.
Considerado uno de los más grandes pintores mexicanos del siglo XX, Rufino Tamayo, cuya obra destaca por combinar temas populares autóctonos con formas artísticas de la vanguardia europea, como el cubismo, será recordado este domingo, al cumplirse 16 años de su muerte, ocurrida el 24 de junio de 1991.
Al lado de otros grandes como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco, Tamayo completa la tetralogía de destacados muralistas y artistas del caballete que dio México el siglo pasado.
Nacido el 26 de agosto de 1899, en Oaxaca, Tamayo llegó a la capital del país en 1911 y seis años más tarde se inscribió en la Academia de San Carlos, donde alternó sus estudios con la atención de un negocio de frutas en el mercado de La Merced.
Luego trabajó en el Museo Nacional de Arqueología dibujando objetos precolombinos, experiencia que más tarde reflejó en su obra; años después también fue profesor de la Escuela de Bellas Artes y estuvo al frente del Departamento de Artes Plásticas de la Secretaría de Educación Pública.
Su trayectoria académica se vio coronada cuando fue nombrado director de la escuela de Bellas Artes de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, y en el extranjero fue instructor de la Brooklyn Museum Art School.
De acuerdo con sus biógrafos, Tamayo inició pintando obras de pequeñas dimensiones y su evolución lo llevaría hacia un cromatismo más brillante, proceso que puede observarse en dos etapas: la primera, que va de 1926 a 1946, y la segunda entre 46 y 48.
Maestro en la pintura de caballete, en la que se refleja un absoluto dominio de las formas, el color y la textura, el artista también destacó en la pintura mural de carácter social, como lo muestran: "Monumento a Juárez" (1932), "Llamado de la revolución y la glorificación de Zapata" (1935) o "La revolución" (1938), ubicado éste en el Museo Nacional de Antropología.
Otro mural importante es "Mujeres de Tehuantepec", pintado en 1939 para la Galería de Arte Albrigth Knox de Búfalo, Nueva York, donde aborda el tema del arte tradicional mexicano a partir de figuras monumentales, en las que destaca una sutil y compleja composición inspirada en el cubismo francés.
Tamayo recibió otros encargos para amplias decoraciones murales, como "Homenaje a la raza" (1952), en París; "México hoy" (1953, Palacio de Bellas Artes, México), o "América" (1956, Banco del Suroeste, Houston, Texas), el de mayor envergadura que ejecutó.
Sigue. Se cumplen/dos/que ejecutó.
También, para el nuevo edificio de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en París, Francia, realizó "Prometeo" (1958) y, posteriormente, "Eclipse total" (1977).
En 1943 comenzó a pintar dentro de la escuela de arte abstracto con "La naturaleza" y "El artista" (Smith College Collection, Northampton, Massachusetts).
Viajó por diversos países exponiendo su obra artística, varios gobiernos lo condecoraron y su vida fue llevada al cine con las cintas "Tamayo" y "La vida artística de Rufino Tamayo".
Gran conocedor del arte prehispánico, Tamayo logró conjuntar una espléndida colección de piezas de ese periodo que en 1974 donó a su ciudad natal, donde se creó el Museo de Arte Prehispánico.
Además, en la Ciudad de México se encuentra el museo que lleva su nombre y que fue inaugurado en 1981 para exhibir, primordialmente, las más de 150 obras de artistas internacionales que adquirió a lo largo de su vida.
Entre los reconocimientos que recibió sobresalen su ingreso a El Colegio Nacional, el 12 de mayo de 1991, y los doctorados Honoris Causa de las universidades de Manila, Filipinas, en 1974; la Nacional Autónoma de México, 1979; y la de San Francisco, California, en 1982.
Se le otorgaron, además, el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1964) y el Colouste Gulbekian, por el Instituto de Artes de París (1969); la Legión de Honor de Francia (1970) y el grado de comendador por la República Italiana (1971).
El artista, quien fue uno de los más reconocidos de México en el mundo y cuyos cuadros actualmente son de los más cotizados a nivel internacional, falleció el 24 de junio de 1991, "dejando huella por la naturaleza de su obra, la belleza de los retratos que pintó de su esposa Olga y la sensualidad de sus sandías".
Comentarios
BUENO, SALUDOS.
UNA OAXAQUEÑA.