NOCIONES DE UN POETA


Corrijo ante ciertas cosas imaginarias mi espíritu, la sonrisa se atribuye un valor incondicional a la palabra, debía ser o no una simple exaltación de la luz, pensaría en la perpetuidad del llanto o en infinidad del tiempo aferrada a los complejos más inmediatos del yo, afuera se describe el pasado en criptogramas egipcios, y mi presente se dilata en las imprecisiones determinadas hacia esa expiración eterna de las cosas y seré, como un rayo de lozanía, recogiendo las perturbaciones del desvarío, volviendo a lo simple de la ceniza, recordare lo absurdo, tanto como lo correctamente lógico, y sembrare a mis espaldas estaciones vacías de recuerdos para que golpee en silencio todo dolor y toda agonía; más la simpleza del tiempo asentara en los cuerpos una esencia de trescientas noches y en trescientas horas se multiplicara la plenitud trágica del olvido y será como variación innecesaria a cada segmentación premeditada de una caricia. La noche será como un recinto eterno de la sombra, sobre la roca se escribirán nuestros nombres y los pondrán junto a los dioses, y una antorcha griega le alumbrara por los siglos de los siglos. Me invento los nombres, los vientos y las miradas testamentarias del silencio; un anciano recorre cada puerta descifrada y cada llanto despojado del olvido se adhiere a la sombra de las paredes y ya no escucho los nombres, las horas se desgastan en el río, se cubre bajo un árbol de sonrisa.

Escribo esta realidad transitoria, poniéndole a cada adjetivo un punto y coma, una frase decorada, un deseo degollado en el aire, una manifestación absoluta de tristeza perfilada a mis argumentos y seré en cada transcripción literal de una frase un punto de referencia mas, la exactitud de mis palabras reconfortaran la profundad del mar, mi epilogo de frases probablemente se olvide, o se queden martillando en algún cuarto desolado, mas por ser dizque poeta, o algún adulador de frases y versos, soy el reflejo voluble de esta iniquidad de sustancia y esencia que me permite decir y decorar ciertas expresiones artísticas con la plenitud de mis pensamientos. El viento me permite jugar con los centauros y me desgrana uno a uno mis expectativas mas cual tristeza, ciertamente habrá algún valor indicado debajo de ese sistema de cosas y soy en la viabilidad de mi sombra un hombre bajo el limite de propios pasos y sus propias desilusiones y encuentra en cada ciudad de barro y hecha de lentejuela sangre, cada calle se cubre con un margen de discordia entre sus avenidas, las mujeres son de perfil atrincherado, y guardan en su boca el aliento que impregna el espíritu de estas latitudes, convencido de ser un mortal, y resguardarme en el espíritu de los muertos, a mi sombra le falta simpleza, no veo en mis adentros silogismos. Debiera ser un retazo de manifestaciones anestesiadas así el tiempo será una resolución impregnada de huellas sigilosas vibrantes en las cenizas y evocaría en crónicas del tiempo un sustantivo dilatado, lo justo es en esencia una voluntad forzada hacia lo predeterminado como correcto, la sustancia erige mis convicciones y bifurca en los umbrales del llanto expresiones cotidianas de poesía, y caduca en frases altivas y sonoras que producen en lo imaginario una receta prescrita con aspirinas y díasepan en las horas nocturnas se alternen sombras prefabricas de olvido. Hoy la neblina separa toda forma impura de la esperanza, las ideas se dilatan en la bruma agitada del mar, y las caracolas sueñan en recintos estereofónicos adornando la soledad con etiquetas blancas; las burbujas elogian lo profundamente marítimo y ciertamente estas cosas son pequeñas variables y pequeñas indivisiones de todo hombre, la incertidumbre separa de toda duda, explicaciones teóricas y existenciales del vacío, soy mar e isla, soy tiempo fugado, hora marchitada y trasnochada, incienso absoluto, horma dibujada en el agua espejo deformado en una odisea, saliva depurada en un beso, la fortuna de mis ganas enjugan toda caricia envuelta de risa, y mi cabeza se divierte con alcoholes baratos, las envoltura de lo simple se allana, y le predica sandeces, alude a lo próximo como una forma de esperanza directa de ganar el cielo.

Aspiro e inhalo tu aire, y modifico el álgebra de tus pensamientos con un binomio cuadrado perfecto, reparo la raíz cuadrada de tu cintura con un beso, separo el paralelo cúbico de tus manos, soy esfera de lo infinito, soltura anónima del silencio, aspereza destilada del precepto imaginario que habita en el fuego, enciendo la luz plegada de mi habitación, sospecho de la ironía, lo simple repara en lo incierto y escatima en el ejercicio del pensamiento lucido y cuerdo, construyo poco a poco la frase inteligente de los sicarios, despido la oración desventurada de la tortura y todo olor se envuelve en lo espeso de la escritura y esto no repara en nada más que en desvaríos, e indivisiones productivas que se cubren en la ceniza tardía del llanto.
Litzardo Rivas

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