Tu ocre silencio,
aviva mi esperanza
tu cicatriz oscura deambula por los rincones de mi casa
tu pecera de ángeles muertos
vigilan mi sombra desvencijada
tu acorde rojo es perfecto
para mi violín roto.
Tu mano divisa el silencio de la neblina
y procuro tocarte en reflejo de la luna
aplazar mi último otoño de cuarto menguante,
soy de luz marchita,
tu ocre sonrisa abre este hastío de espadas de cristal
un augurio a muerte blanca,
donde tu sombra
es la escalera de mi fantasmas muertos.
16 de Octubre de 2013
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