Sin retos ni desafíos, la vida parece monotonía y aburrida, ya que necesitamos estimular nuestra mente y nuestras emociones para perseguir metas.
¿Para que retarse asimismo? para medir nuestra propia capacidad de tomar riesgos y decisiones en nuestra cotidianidad que nos hagan crecer y evolucionar nuestra mentalidad.
Aprender cada día es también aprender a retarse, a auto-examinarse y a ser capaz conocer cosas nuevas, de aprender de otros, allí la vida comienza a tener sentido. La persona que se reta siempre tiene metas y objetivos que cumplir, decisiones que tomar, nuevas estrategias para superar dificultades.
Todos los días son momentos de replantearse preguntas ¿Hoy que voy a ser diferente? ¿Que estoy dispuesto hacer por mejorar mi vida? como me siento hoy.
Quien no se reta asimismo esta destinado a estancarse, a aburrirse a ser conformista y envidiar y criticar la vida de los demás.
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