La noche es aurora gris,
desdicha de la meloncolia,
el nocturno paso del silencio
abraza un trebol de amargura,
el destino solitario de una venganza fugaz.
La noche es olvido,
tortura suicida de un verso taciturno,
caricia gris de un reloj en llamas,
el llanto se destila de niebla blanca
y el aceite perfumado se expande
en un bracero de tristes angustia
por donde el dolor se exintgue
en el tren de los olvidos.
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